Señor mío y Dios mío, te alabo y te bendigo en esta mañana por todo el amor que derramas sobre mí. Hoy quiero declararte el Rey de mi vida. Quiero que Tú seas el Rey, porque si lo eres, no volveré a estar vacío, porque Tú nunca pasas, no te marchas, no me abandonas. Hoy te declaro el Rey y Señor de mi vida, toma Tú el gobierno sobre ella y guíala por donde creas que debe ir. No quiero darle el primer lugar de mi vida a nada fuera de Ti, mucho menos a las cosas efímeras, que al final se acaban y me dejan más vacío. Por eso te alabo y te bendigo y te entrego este día, para que Tú me permitas mostrar delante de los demás que estás vivo y que tienes el poder para transformar vidas y corazones, porque eres el Rey de victoria. Gracias por este día y desde ya pongo en tus manos todo aquello que voy realizar.

Amén.

Colaboración de @clotita